Las herramientas tecnológicas con las que contamos actualmente nos ha permitido conocer el mundo desde muchos ámbitos, entre ellos la arquitectura. Nos hemos maravillado con el diseño de otros países por su creatividad, innovación y estilo que generalmente se encuentra muy relacionado con su cultura. El encontrar ejemplos en el mundo de proyectos arquitectónicos funcionales, estéticos y sostenibles nos ha dado el impulso para explorar otros sistemas constructivos y estructurales, variar los materiales que utilizamos o jugar más con el volumen de la edificación al momento de diseñar. Sin embargo, se debe ser cuidadoso puesto que para que un proyecto sea funcional, estético y sostenible depende mucho del entorno y contexto en el que se encuentra, desde una perspectiva social, económica, cultural y ambiental.