En mi diario vivir he encontrado situaciones que me han hecho preguntar y reflexionar sobre la forma en la que estamos diseñando nuestras ciudades. ¿Estamos comprometidos con mejorar o seguimos cometiendo los mismos errores del pasado?
El diseño es más importante y necesario de lo que creemos, un buen diseño puede afectar la vida, los hábitos, rutinas y emociones de las personas de una forma positiva.